13 de diciembre de 2010

Leo un poema.

Estos días que ando enfrascado entre exámenes y tareas varias voy sacando un hueco para leer algunas páginas que he ido adquiriendo o simplemente van cayendo en mis manos. También muy de vez en cuando escribo alguna cosa como el poema que sigue:

Leo un poema que no es mío
bajo la luz de una lámpara
inclinada sobre el papel.
A mi espalda, los libros
que unas veces me muestran caminos
de la historia pasada y otros,
simplemente, me cuentan historias.
Enfrente, carpetas y cajas y más libros
y en la pared pequeños recuerdos
de un tiempo que me dicen
que ayer ya existía un pasado dormido
en imágenes diversas de gentes y vida.
Sobre mi mesa lápices y bolígrafos,
calendarios y enseres que en caótico orden
me marcan los días
de trabajo y rutina.
Pero hoy estoy aquí
vagando entre versos
audaces, de palabras reunidas
en las páginas que otros
escribieron y que
yo escucho junto al leve
rumor del paso de las hojas
cuando ya cercana la noche
se vislumbra a través de la cortina
traslúcida de mi ventana.

6 comentarios:

Anónimo dijo...

todavía eres joven

Conrado Castilla dijo...

No creas, que también para mi pasan los años. Un saludo.

Julian Castro dijo...

Hola Conrado, no sabia que escribieras poemas ni que manejases tan bien las bitacoras, y eso que no paras de hablar en el instituto. Me ha gustado mucho, igual que tu blogs, un saludo.

Anónimo dijo...

Lo malo Conrado, es esa edad en la que ya no somos jovenes de ninguna de las maneras, y ¿qué hemos conseguido?, ¿qué tenemos?. Nuestro futuro antes de llegar a la vejez es corto, y ¿qué nos resta antes de extinguirnos? ¿de desaparecer igual que desaparece una leve estela en el incompasivo mar?, ¿quizá disfrutar de algunas pequeñas cosas?. Me ha gustado mucho tu poema.

Conrado Castilla dijo...

Muchas gracias anónimo, me gustaria saber quien eres, tus palabras sonmuy bonitas y las comparto.

Anónimo dijo...

¿No me reconoces? Soy yo Conrado, José María.