24 de octubre de 2012

Tres esquinas ...

En 2004 salió a la luz mi primer libro de poesía publicado por el Ayuntamiento de Lucena en la colección Espiral. Transcurridos estos años he decidido colgar en mi blog el contenido completo del libro en formato pdf, el cual se puede descargar pinchando sobre la portada situada en el lado derecho del blog y así quien lo desee pueda leerlo ya que es difícil encontrar ejemplares impresos del mismo fuera de la biblioteca de Lucena. 
También se puede acceder al libro pinchando en este enlace:
Si alguien lo tiene a bien leerlo, espero que me envie un comentario.
 
 

15 de octubre de 2012

Soy antisistema.

- Soy antisistema porque no salí en manifestación del brazo de los curas.
 
- Soy antisistema porque me importa tres pitos si una mujer aborta o no haciendo uso de su libertad.
 
- Soy antisistema porque critico de vez en cuando a este gobierno y a sus ministros.
 
- Soy antisistema porque no estoy de acuerdo con la manipulación de los medios de información públicos.
 
- Soy antisistema porque defiendo la enseñanza pública.
 
- Soy antisistema porque aunque no fui a las manifestaciones del 25 S, las apoyé.
 
Soy antisistema porque formo parte de esa masa silenciosa a la que no representa este gobierno.
 
- Soy antisistema porque fui a la huelga en su día pese a perder un dinero.
 
-  Soy antisistema porque soy un ciudadano de España harto de falsedades y mentiras, de recortes aunque los llamen de otra manera, de que cada día vea el futuro de mi hijo y mis alumnos más negro, de que cambien las leyes "por mi bien".
 
En definitiva soy antisistema porque vivo de mi trabajo y respeto a quien piensa de forma distinta a mi.

2 de octubre de 2012

Palabras para un otoño triste.

Este otoño parece más triste de lo habitual, más por miedo a lo que pueda venir que por el presente plagado de medias verdades y quizá futuras mentiras.
La masa silenciosa parece no serlo ya tanto y comienza a surgir un cierto murmullo, como el rugido de una lejana tormenta que responde a este tiempo que pasa a nuestro lado como una leve brisa que casi no sentimos.
Hay palabras que no por mucho repetirlas se cubren de certeza, más bien de incertidumbre y desconfianza cuando con ellas se pretende acallar el malestar que sufrimos.
Y es que hay que oir esas palabras para poder hacerles frente si fuera necesario, pero sobre todo, escuchar el sonido de la calle para fundirnos en el y dejar de ser tan silenciosos como las hojas de los árboles que han comenzado a caerse estos días, mostrándonos quizá el camino a seguir en este otoño tíbio plagado de palabras huecas de aquellos que nos llevan a la desesperanza de un invierno incrédulo.