30 de mayo de 2017

Día de mercadillo

Al bajarme del coche veo agolpados un buen números de tenderetes multicolores de que surgen voces cada vez más cercanas de los vendedores ambulantes.
- ¡¡A tres euros niña, hoy tengo "to" a tres euros!!
- ¡¡Maríaaaa, ropa de tienda, de marca niña de marca; aprovecharse, venga a aprovecharse!!
Me adentro por una de las calles y veo numerosas manos rebuscando entre la ropa amontonada sobre los puestos alineados que forman como una especie de campamento efímero.
- ¿A qué precio me lo dejas? dice una señora mientras muestra una prenda, a modo de trofeo, extraída del montón.
- A 10 Euros, le dice el vendedor.
- ¿Qué dices? Me parece un poco carillo. Te doy 5 Euros, replica la señora.
- Pero mujer, si es casi gratis, responde de nuevo el vendedor, y tras un rato y ante la insistencia de la clienta: venga dame siete y es tuya.
Los olores de los puestos de comida impregnan a las gentes que deambulan de un puesto a otro por las calles atestadas.
Conversaciones trascendentes sobre Dios y la vida se mezclan con el anuncio a gritos de los productos de saldo que se ofrecen este domingo repitiendo su cantinela:
-¡¡Aeuroaeuroaeuroaeuroaeuroaeuroaeuro...!!
-¡¡Venga María, llévate tres camisetas por el precio de una, venga llevárselas que están "regalás"...!!
El día va pasando y mientras el sol va situándose allá en lo alto la gente va abandonando el mercadillo con el producto de sus compras metidas en bolsas de plástico de colores, al tiempo que los vendedores desmontan sus puestos y cargan su género sobrante en las furgonetas camino de sus casas.
- Hoy ha "estao" la cosa floja, comentan algunos a los que las ventas no le han sido muy propicias.
- Vaya que sí, que esta gente no se ha "rascao" hoy mucho la faltriquera.
Buscando la salida piso alguna de las bolsas vacías que cubren el suelo mientras el aire arrastra papeles ya inservibles que habían envuelto algunos de los productos vendidos.
El ruido de los coches se va alejando del campamento en el que unos y otros, creyéndose los ganadores, han librado la batalla del consumo a bajo coste y que al final parece haber quedado en tablas.

28 de mayo de 2017

Antes que llegue el olvido

Este es el título de mi poema que aparece en el nº 33 de la revista Aldaba editada por la Asociación Artístico-Literaria Itimad de Sevilla. Se puede ver aquí:
https://drive.google.com/file/d/0B8R7mO-KurDqUnlvZ19ZRHl0VGc/view?usp=sharing
Esta asociación cultural sevillana viene realizando numerosas actividades muchas de las cuales aparecen recogidas en su revista. Además se trata de una publicación abierta a otras asociaciones como Naufragio con la que mantiene una intensa relación cultural.

17 de mayo de 2017

El patio del convento

El olor a azahar que inunda la plaza cubierta levemente por el gris de una nube perdida de primavera parece querer murmurarme algo al oído.
El patio del convento reluce con el verde los naranjos, la albahaca y el romero que forman un cuadro impresionista tras la reja al pie del campanario. Y en el centro una fuente de la que manan cuatro canales hacia las esquinas del jardín.
Una pluma de cigüeña se posa suavemente en la superficie argentina del agua en la que se reflejan los arcos que bordean el patio, acogiendo en su seno los sueños de aquellos que tras las celosías escuchan el murmullo de las rosas que el aire, a ratos, zarandea mientras llega la tarde.
En un rincón umbroso el verdín de la pared pareciera un dosel que cubre el banco de piedra desde donde ahora puedo contemplar como va surgiendo un hilo violeta que se va ensanchando conforme el sol desciende sobre el horizonte.
Y mientras afuera, sobre los tejados, el sonido del aire vespertino nos trae el ruido lejano de las casas abiertas a la plaza, el silencio fluye ahora como los chorros de la fuente que dormita en medio del patio, escondiéndose tras los pilares de piedra, cuando la sombra del ciprés centenario nos marca, cual gnomon, la cercana llegada de la tarde.