19 de enero de 2024

Presentación "Campanas de Libertad" de María Pizarro

 Ayer jueves 18 de enero, en la biblioteca municipal de Lucena, tuve el placer de participar en la presentación del poemario "Campanas de Libertad" de María Pizarro, donde junto a la autora nos acompañó Teresa Ferrer, la directora y alma mater de dicha biblioteca. 

Tras la presentación de la autora, procedimos a comentar con ella distintos aspectos de su obra para a continuación proceder a centrarnos en el libro que estábamos presentando. Finalmente María Pizarro leyó y comentó algunos de los poemas del libro. 



 

A continuación pongo el texto de mi intervención.
María y yo nos conocimos hace ya unos años, en el primer encuentro de escritores de los Pedroches (María y yo somos pedrocheños de la diáspora) y desde entonces hemos colaborado en diversas ocasiones, compartiendo versos y también algunas ideas sobre la vida misma, y es por eso por lo que tengo el enorme placer de participar hoy en la presentación de su poemario “Campanas de libertad”.

Leyendo sus poemas, comparto las palabras del crítico Antonio Moreno Ayora, el cual ha destacado (en relación con su poemario “De miembro fantasma”) que sus versos forman unos poemas teñidos de cotidianeidad, a través de los cuales al lector “le llegarán oleadas de súbitas confesiones sobre la intimidad”.

En cualquiera de sus poemas, muestra María una voz que va a contracorriente de modas y de tendencias. Sus poemas están compuestos por versos escritos con una técnica, muchas veces, casi minimalista, pero cargada de una gran simbología por ejemplo el poema “coco”

Herraduras, espadas, corazones…
plátanos, cerezas o piñas…
cubata, cacahuetes, cenicero o platillo…
Con todos se pierde exactamente igual
que con el coco.

Las alusiones a un espacio intemporal y auténtico es otro de los elementos del estilo de María, como se puede comprobar en el libro que hoy presentamos.

La escritora Claudia Capel comenta en el prólogo de su libro “la libertad de la herida”, que “perder no tiene nada que ver con ganar”, puesto que todos vivimos ese tipo de derrotas en algún momento y menciona que “escribes para que nadie olvide”.

En su obra se muestra un claro compromiso social con los problemas del mundo contemporáneo lo que podemos ver por ejemplo en su libro “la libertad de la herida”, donde encontramos, en forma de haikus y poemas cortos una reivindicación crítica no solo del papel de la mujer en la sociedad actual, sino también otros muchos temas como la represión (“en las cunetas / con latas olvidadas, / los fusilados”) o el drama de la inmigración (“El niño balsa /no alcanza la costa, / se ahoga antes”).

De nuevo tomo palabras de Moreno Ayora el cual nos dice que los versos de María Pizarro “recalan sobre el sufriente mundo femenino y muy particularmente hacen hincapié en denuncias sobre la realidad social de la mujer inmigrante”.

Este libro, de temática social, como se recoge en la contraportada, alterna el tema del juego infantil con la ludopatía, el paso del tiempo y el regreso a la infancia, el paisaje natal y el ambiente familiar, con los casinos, los bares y los locales recreativos para adultos, así como una sociedad que no es consciente de los peligros y las adicciones que generan el juego.

Nos dice Alejandro López Andrada en el prólogo, que uno de los mayores logros del libro es el contraste que dibuja entre la amargura del adulto que es ludópata y la cristalina inocencia de la infancia. Construye con sabiduría y una apabullante naturalidad esa tibia relación entre el alma del niño, la inocencia de su espíritu manifestada en los juegos de la infancia, con la vida dura del adulto que busca en el juego una salida a su amargura.

Así pues, encontramos en los versos de este poemario sentimientos diversos como amargura, desencanto, tristeza, pero también amor e inocencia por descubrir la calidez de la infancia.

La esperanza para sortear la amargura generada por el juego nos dice Alejandro, es quizá el mensaje oculto que encierra el poemario con versos que puede despertar la conciencia del lector y hacerle pensar sobre la existencia misma.

Al igual que sus otras obras, en “Campanas de libertad”, nuestra autora muestra unos poemas con un lenguaje sencillo, claramente entendible, pero llenos de simbología, minimalistas (“Situaciones que no pueden repetirse: / la muerte, un acto único”) hasta el punto de que algunos poemas hacen guiños al aforismo, tanto en forma como en contenido (no hace falta tener dinero / para perderlo todo).

Es por tanto un libro lleno de intensidad lírica, pero también con un claro componente narrativo, pues cada poema es en sí mismo una pequeña historia especialmente los dedicados a la infancia. En definitiva, podemos decir que estamos ante un conjunto de poemas muy diverso, estilísticamente, aunque con un claro hilo conductor que es la ludopatía. 

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