Dentro de unas horas habrá finalizado este año sin que por ello se vislumbre nada mejor para el próximo, salvo los buenos deseos para nuestros familiares y amigos. Estamos en un invierno menos frío que otras veces, pero a pesar de todo, igual de consumista, ya se sabe, los mercados resulta que son ahora los que mandan. Nos sumergimos en la quimera de creer que cuanto más caro sea el regalo mejor nos estamos portando con nuestros semejantes.
Es posible que esté cayendo en el tópico, si también el tópico, de criticar a la navidad y lo que ello supone, pero todo momento del año tiene su cosa, y así mientras que por ejemplo la primavera nos alegra porque las tardes se alargan y nos van acercando a las vacaciones de verano, ahora en que los días son más cortos, nos hace que estemos más tiempo en nuestra casa, que contactemos aunque sea a través de unas líneas o una imagen con nuestros amigos de los que apenas tenemos noticias durante el resto del año, y por supuesto, recobramos un poco esa ilusión infantil que nos trae en sus camellos los Reyes Magos (es cuestión de como se lo tome cada uno).
Es posible que esté cayendo en el tópico, si también el tópico, de criticar a la navidad y lo que ello supone, pero todo momento del año tiene su cosa, y así mientras que por ejemplo la primavera nos alegra porque las tardes se alargan y nos van acercando a las vacaciones de verano, ahora en que los días son más cortos, nos hace que estemos más tiempo en nuestra casa, que contactemos aunque sea a través de unas líneas o una imagen con nuestros amigos de los que apenas tenemos noticias durante el resto del año, y por supuesto, recobramos un poco esa ilusión infantil que nos trae en sus camellos los Reyes Magos (es cuestión de como se lo tome cada uno).
Quizá la navidad lo que nos trae es sobre todo los recuerdos de otros tiempos en que vivíamos de otro modo estos días bien porque éramos niños y esperábamos los regalos o simplemente porque éramos más jóvenes y aprovechábamos el tiempo para salir con nuestros amigos y estar en la calle de fiesta, dejando aparcados por unos días los libros y los apuntes.
Hoy para mi la navidad es la ilusión que comparto sobre todo con mi hijo que todavía conserva esa inocencia que le otorga la infancia y se plasma en pequeños detalles como el gusto por los belenes -sobre todo en determinadas figuras de los mismos-, en las luces de la calle, los villancicos y por supuesto en la noche de reyes, en la que algunos de esos deseos materiales se cumplen, para él, y también para nosotros.
Hoy para mi la navidad es la ilusión que comparto sobre todo con mi hijo que todavía conserva esa inocencia que le otorga la infancia y se plasma en pequeños detalles como el gusto por los belenes -sobre todo en determinadas figuras de los mismos-, en las luces de la calle, los villancicos y por supuesto en la noche de reyes, en la que algunos de esos deseos materiales se cumplen, para él, y también para nosotros.
La foto es un detalle del belén que Fina monta todos los años en Añora y que ella realiza con sus manos y con su ilusión.
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