29 de enero de 2009

Las cosas en su sitio.

Al fin parece que la justicia ha puesto las cosas en su sitio en relación con Educación para la Ciudadanía y los Derechos Humanos, después de tanto despropósito y tanta manipulación por parte de la derecha social y política de este país y con la colaboración de lo más ultraconsercador de la propia justicia.
Cierto es que algunos sectores, si bien minoritarios, se niegan a acatar la sentencia y por supuesto, como les vale y se conocen todos los vericuetos legales, apelarán hasta el infinito. Están en su derecho, aunque demuestran su catadura democrática. Y no digamos el máximo despropósito del gobierno de la comunidad valenciana, que en contra de la ley y de la comunidad educativa sigue emperrado en que dicha asignatura se de en inglés.
Por supuesto que la derecha política, ya avanza que cuando ganen las elecciones quitarán esta asignatura pese a haberse acogido a las recomendaciones de la Unión Europea cuando estaban en el poder, así que teóricamente y con la boca pequeña acatan una sentencia que no le es en absoluto favorable, claro que bastante tienen con lo suyo en Madrid.
La presión a que la derecha social y política sometió al gobierno y a la sociedad española en la legislatura anterior les está pasando factura. Aunque quizá lo que les pasa esa factura sea la falta de cultura democrática, que es precisamente de lo que adolecen.
Por cierto, que algunos de los cabecillas de la objección en Lucena, aquellos que manipularon tanto a la opinión pública, los que defienden a capa y espada su derecho a educar en libertad, esos, resulta que tienen a sus hijos asistiendo a clases de Filosofía y ciudadanía en 1º de Bachillerato o a Ética en 4º de ESO , sin que hayan abierto su boca, ni esgrimido ninguna pancarta.

19 de enero de 2009

3ª palabra mágica: LIBRO.

Desde los 5 años que aprendí a leer no he dejado de hacerlo, pues me gusta sumergirme entre las páginas de un libro. Los libros me han enseñado muchas cosas. Recurro a ellos cuando tengo dudas sobre algo o problemas.
Me encanta no sólo leer, sino el hecho de poseer libros, de clasificarlos, ordenarlos, sentirlos ahí esperándome en las estanterías de mi cuarto de estudio.

A pesar de que dicen que las nuevas tecnologías están desplazando a los libros, yo no lo creo, o al menos espero no conocer el día en que eso ocurra, pues es mucho más placentero para el espíritu leer lo que otros escriben que verlo reflejado en una pantalla o cualquier otro tipo de soporte.

Además, estoy seguro que mi afición de escribir (aunque de forma modesta y sin muchas pretensiones) proviene de mi gusto por la lectura, a pesar de que en los últimos tiempos no lea como cuando era más joven y disponía de más tiempo libre, y es que un escritor que no lea lo que hacen otros sin duda que no será capaz de desarrollar ni de expresar lo que le sale de dentro para plasmarlo en un papel, y en otro y en otro, ..., que unidos formen un libro que el autor ofrece a otros lectores, quizá también futuros escritores.
Precisamente sobre esto escribí hace un tiempo este poema, todavía inédito.
Los libros protestan
desde los estantes repletos
de letras polvorientas.
Recelan de mí
y de mis intenciones
al acercar mis manos
para tocar alguno.
Pero sin duda es hora
de retomar los versos
que el gran poeta triste dedicó
a ese amor perdido
por sendas amarillas
entre el rumor del agua
de aquella vieja fuente.
Y hay ahora más páginas
que vuelven a mi memoria,
y hay versos de amigos
muy cerca de mis manos
que me recuerdan un tiempo
vivido en otros sitios.
Y también ahora
me llaman desde aquí
las nieves de un invierno
que apenas aparecen
sobre un suelo desnudo,
amarillo, verdoso
en un silencio de papel.
Los libros protestan
desde los estantes repletos
de letras recordadas
en páginas soñolientas
volviendo del ayer.

18 de enero de 2009

Y el tren parará en los Pedroches.

El primer tren llega a la estación (todavía en obras) de Pozoblanco (1907)
Parece que por fin el tren de alta velocidad va a parar en Los Pedroches. Tras muchos años de anhelos y lucha próximamente se va a firmar el convenio entre las distintas administraciones para que la estación del AVE en Villanueva sea una realidad.


Es este un hito más en nuestra pequeña pero larga historia, pues ya a finales del siglo XIX nuestros alcaldes iban y venían a Madrid para pedir que el tren pasara por nuestra tierra, lo que no se va a conseguir hasta que una empresa extranjera, la Sociedad Minero Metalúrgica de Peñarroya no se de cuenta de que para unir sus explotaciones situadas en Badajoz con las que tenía en Puertollano a través del ferrocarril, éste habría de pasar por aquí. Y nuestros paisanos recibieron con gran júbilo la llegada de la primera locomotora, y con ella la esperanza del progreso, a nuestra tierra allá por 1907. Pero el desaliento llegó con la marcha del último tren en 1970.


Entre tanto nuestra tierra habría de vivir momentos de bonanza y otros más tristes. Y vio como muchos de nuestros paisanos, montados en ese tren, marchaban a otras tierras para buscar una vida mejor.


Pero si de algo sabemos en los Pedroches es en luchar para sobrevivir: se reconvirtió la ganadería tradicional en explotaciones modernas; se consiguió el hospital (la residencia, como era conocida entonces, y que se construyó sobre el solar de la antigua estación) y luchamos para que nuestra tierra no se convirtiera en un vertedero nuclear; y muchas otras reivindicaciones, menos mediáticas pero igualmente necesarias para salir adelante.


Llegados a este punto, no debemos dormirnos bajo una encina, sino que hay que seguir peleando para salir del mapa del olvido mediante la mejora de las infraestructuras necesarias para que esta comarca de la frontera andaluza se una a las zonas más dinámicas de España y Andalucía para así evitar que cada vez que se hace público el censo de población nuestra tierra muestre un descenso continuo y un envejecimiento paulatino que lleva camino de convertirse en crónico.


Y aunque debemos reconocer que este tren no es la panacea para solucionar los problemas de nuestros pueblos, si al menos debe ser el revulsivo que nos ponga en camino hacia el futuro. Por ello debemos olvidarnos del pueblerinismo absurdo que a veces impide ver nuestras auténticas potencialidades, pues lo que es bueno para uno de nuestros pueblos, seguro que lo es también para los demás.


Una parte importante de la sociedad de los Pedroches, ha luchado por conseguir que el tren de la modernidad no pase de largo por nuestra tierra, pero ahora es también labor de todos que ese tren de futuro no se pierda.

7 de enero de 2009

2ª Palabra mágica: agua.

Me gusta, pero a la vez me da un poco de miedo ya que me ha hecho pasar algunas veces malos ratos, pero aún así, me atraen los distintos tonos de color que adopta el agua cuando está en reposo: como los múltiples azules-verdosos que vi en Capri o los verdes intensos del río Cuzna en mi tierra por la primavera; todos ellos brillantes con la luz jugando entre sus gotas. También los verdes espesos cuajados de florecillas blancas de las charcas inmóviles en una tarde de veran, o los azulones del mar perdiéndose en el horizonte; y qué decir de aquella agua intuida en la fuente seca del gran Machado.
Pero a pesar de todo, el agua es tan importante para la vida (en buena parte somos agua) que me indigna cuando veo que se derrocha o se ensucia sin motivo.
Hay que conservarla para poder vivir.
(Fuente de Belálcazar en los Pedroches, una tierra donde no sobra el agua. Foto gentileza de Solienses).

Los Reyes Magos existen.


Cabalgata de Reyes en Pozoblanco
(foto extraida de Plaza Pública)
Creo yo que a todos nos gusta, pese a nuestra edad, recibir algún regalo de "reyes". Aunque pueda parecer cosas de niños, pero es que seguramente, si algo queda en los adultos de su etapa infantil es precisamente esa ilusión de recibir de los personajes más entrañables de nuestra vida algún regalo pese a que no sea lo que hemos pedido.

Al margen del derroche que puede suponer los gastos en juguetes, perfumes, aparatos electrónicos de todo tipo, etc., siempre nos queda el recuerdo de aquellas noches frías de reyes de nuestra infancia, en las que tanto nos costaba conciliar el sueño pensando en si vendrían o no los Reyes Magos, en si nos traerían lo que habiamos pedido, cosa que no solía ocurrir casi nunca (eran otros tiempos), y a pesar de que siempre había alguien hermano, primo o amigo un poco malicioso que nos decía que los Reyes eran nuestros padres.

Pasado el tiempo, cuando nuestra infancia va dando paso a otra etapa quizá más compleja de la vida, descubrimos que aquellos "maliciosos" tenían razón, pero a pesar de ello, la ilusión se mantenía, de otra manera, bien es verdad, y haciendo otro tipo de peticiones, a lo mejor ya no tan materiales, pero un resquicio de ella nos queda viva muy dentro pues siempre tenemos el deseo de que alguien se acuerde de nosotros, de lo que nos gusta, de cuáles son nuestros objetivos en la vida o simplemente de que estamos aquí, y eso es lo importante.

Lo material muchas veces nos sobra, pues como se suele decir: tenemos de todo. Afortunadamente tenemos nuestras necesidades básicas más que cubiertas, no nos hace falta más ropa, ni más juguetes, ni una tele nueva, ni comer hasta hartarnos pensando que el frigorífico está vacío.

Y por eso creo yo que en esto como en todo no hay que abusar, pero tampoco hay que olvidar que en nuestra infancia es cuando se van sentando las bases de nuestra vida adulta futura en la que las necesidades personales serán otras, pero permitamonos al menos ese pequeño dispendio que supone dejarnos llevar por la ilusión de la llegada de los Reyes Magos que se esconde en un rinconcito de nuestro vida a la que habremos de volver nuestra vista por lo menos una vez al año.

2 de enero de 2009

PRIMERA PALABRA MÁGICA.

Hace un tiempo comencé a escribir unas breves reflexiones sobre determinadas palabras a las que yo consideraba mágicas porque algo me hacen sentir. Cómo no podía ser de otra manera la primera es la palabra LUNA que más tarde ha dado nombre a este blog. Imagen de la Tierra y la Luna
Luna: es quizá la palabra que refleja para mi la magia, por ser misteriosa aunque cada vez se le conozca mejor, pero sigue teniendo dos caras, una de ellas oculta. Siempre me llamá la atención, por su luz, aunque no sea propia pues no es una estrella; por su poder: es capaz de tapar al Sol, influye en la Tierra y en nosotros mismos. La luna es misteriosa, como la vida misma.


El camino marcado.

El otro día leyendo el períodico me encontré con una noticia en una página impar y en la parte inferior de la misma , que quizá erá más importante que otras que aparecían con mayores titulares, pues hablaba de solidaridad; el titular decía: El Centro de Orientación Familiar logra unos 60.000 kilos de comida para los necesitados. Efectivamente, durante el mes de diciembre en Lucena se estuvo llevando a cabo una campaña de recogida de alimentos con destino a las familias necesitadas, muchas de ellas inmigrantes, lo que demuestra que pese a todo, la solidaridad con los que menos tienen funciona. Pero la solidaridad no debe tener nombre, y aquí quizá ha sobrado un tanto, pues han sido muchos los lucentinos de forma particular y las asociaciones de distinto tipo quienes han entregado todo este suministro, si bien hay que reconocer que coordinado por el Centro de Orientación Familiar Juan Pablo II.
Con todo lo anterior, según se recoge en la noticia, el aprovisionamiento garantiza la actividad solidaria de Cáritas durante unos cuatro meses. Y es que Cáritas ejerce sus actividades de ayuda a los necesitados, no sólo en navidad, sino durante todo el año y lo lleva haciendo desde al menos que yo recuerde y de eso hace ya mucho tiempo. Por ello muchas gracias.
El ejemplo de esta ONG nos debe hacer reflexionar sobre la necesidad del compromiso hacia los demás, sobre todo los más perjudicados en estos tiempos de crisis que vivimos. Independientemente de la ideología católica y corservadora de estas asociaciones, que en este caso no nos debe importar lo más mínimo, si que es importante tener en cuenta que la gente corriente se ha unido a una campaña que ayudará a paliar al menos durante un tiempo las necesidades más perentorias de una parte de la sociedad lucentina. Pero esta campaña no debe ser sino el inicio de un camino para que la solidaridad permanezca durante todo el año, ahora ya sin más protagonismo que el de los propios ciudadanos de a pie, que viviendo una situación mejor no se olviden de aquellos convecinos que a duras penas consiguen llegar a cubrir sus necesidades más básicas.
Hemos vivido una época de "vacas gordas", es hora ya de que el reparto sea más justo, y el camino creo que ya está marcado, basta con seguirlo en la medida de nuestras posibilidades. Creo que este puede ser un buen deseo para el año que acaba de empezar.