24 de mayo de 2010

La maté porque era mía.

Esta es una frase que muchos "machitos" celosos dicen cuando agreden a sus mujeres como si de meros objetos se tratase. A mi esta frase me ha recordad a lo que ha pasado con Cajasur y la iglesia católica que como se pensaba que la entidad bancaria era suya, pues han preferido cargársela antes que buscar una solución viable. También las últimas declaraciones que el anterior presidente del gobierno hace continuamente en apoyo de sus tesis neoliberales, ultraconservadoras y por supuesto antiespañolas.
Sobre lo primero, el auténtico grupo de poder que el ínclito Castillejo y los suyos crearon en Córdoba con el el apoyo más que entusiasta de la derecha pólitica y las fuerzas vivas de nuestra capital ha traído estas consecuencias. En su momento quitaron de enmedio al obispo que osó mostrar su oposición a lo que el grupito hacía mandándolo a Granada, donde por cierto el solito se ha terminado de hundir. Nunca quisieron una fusión con ninguna caja andaluza pues según ellos estaban controlada por los "rojos". Esos supuestos rojos no son otros que la Junta de Andalucía, pero claro, a la derecha social encabezada por la iglesia católica le cuesta mucho renunciar a los privilegios que durante siglos han mantenido y en el caso de Cajasur cerca de 150 años de historia la avalan.
El vicepresidente de la entidad Juan Ojeda del PP en sus declaraciones a la prensa ha dejado bien claro que el fracaso de la fusión se ha debido a causas ideológicas, al igual que cuando en su día su partido encabezado por el mismo impidio que Cajasur fuese controlada, como correspondía, por la Junta de Andalucía, lo que muestra el cinismo más descarado y el papel más que irregular que su partido ha desempeñado en todo este asunto.
En fin que los curas y el PP una vez más van de la mano. Quizá algún día Arenas nos contará esta historia de la que él, siempre por detrás, nunca de frente, aparece implicado.
En lo que respecta a lo segundo, nunca me gustó ese tipo: prepotente para el cual, quien no piense como él es un enemigo con el cual hay que acabar como sea, que nombró a dedo a su sucesor y como perdieron las elecciones de forma clara y legítima, se dedica, previo pago, a desgastar al gobierno legítimo de España, de esa España a la que él y los suyos tanto dicen defender, pero que a la hora de la verdad se dedican a denostar, desacreditar y en definitiva insultar alli donde va.
Él y su modelo económico neoliberal sembraron estos barros de los que ahora nos llegan estos lodos (aunque el gobierno tampoco se ha quedado manco en su gestión de la crisis, pero de eso ya hablaremos otro día).
En fin que una vez más la derecha política y la derecha social van de la mano (caso Garzón, Cajasur, etc) junto con los especuladores y corruptos que en la época de bonanza cuando Aznar mandaba por nuestro país, campaban por sus fueros.
Y lo que nos faltaba era Julio Iglesias, pepero declarado, metiéndose a político. ¿Se aclarará algún día sus relaciones poco claras con el gobierno autónomo valenciano? ¿Explicará porque justo al subir al poder en 1982 los socialistas en este país a él le faltó tiempo para irse fuera? ¿Pagará los impuestos que no ha pagado a su país?
Lo dudo mucho, igual que dudo que la iglesia católica cumpla con su responsabilidad en el caso Cajasur el día que muchos de esos trabajadores a los dice defender se vean en la calle, o de que el afortunadamente expresidente del gobierno sea leal con su país y diga una palabra amable sobre alguien que no sea de los suyos.
Y es que ni Cajasur, ni España es suya, y si bien a la primera le han dado la puntilla, espero que nuestra España deje de sufrir a un indeseable, montado en el dolar que se dedica a salvarnos de los rojos.

4 de mayo de 2010

¿Devoción o fiesta?

Apenas hace un mes que tuvo lugar la Semana Santa y desde entonces hasta este domingo todos los fines de semana ha habido alguna procesión y las que están por llegar en los próximos fines de semana. La población se echa a la calle para ver esas manifestaciones religiosas, compara y juzga los adornos, la forma de santear, la ostentosidad del paso, etc, etc, pero sin embargo, nunca he oido a nadie comentar si los participantes en la procesión van con mayor o menor fervor, si muestran un auténtico sentimiento religioso, pues en definitiva se trata de eso, de una manifestación de la religiosidad popular.
Por todo esto cabe preguntarse sobre el verdadero carácter de estos eventos, pues como ya digo, poco o casi nada tiene que ver con la fe que se supone se debe mostrar ante esa celebración, más bien parece una fiesta en la que cada uno busca lucir sus mejores galas ante los espectadores que se sitúan a uno y otro lado de la calle para ver pasar la procesión.
Se puede entender esta actitud festiva ante la procesión de la patrona, pero ya no lo es tanto de cara a las procesiones semanasanteras, donde se supone que el respeto por el recogimiento y el sentimiento religioso debe ser lo que prive, sin embargo nos encontramos con todo lo contrario, ya que son otros los elementos que se tienen en cuenta y no lo que realmente representa. El lujo y la ostentación, la rivalidad entre cuadrillas, hermandades y demás parafernalia que se monta en torno a la Semana Santa dista mucho de lo que debe ser una manifestación religiosa.
En definitiva, podemos afirmar que predomina más lo festivo que lo religioso, lo material que lo espiritual, pues aunque no deja de tratarse de un elemento más de nuestra cultura, el comportamiento mayoritario deja bastante que desear ante lo que debe ser una representación de un acto de pasión, quizá por ello deberíamos pensar un poco más en conservar ese espíritu de sentimiento ante lo que se representa, que en ver quién lo hace mejor.