El otro día desde la terraza de mi estudio en Benalmádena descubrí un mar diferente, pese a estar ya casi en invierno, era un mar como impresionista, con unos colores que en nada se parecen a los habituales. Recoge la luz de una tarde, antes del crepúsculo, reflejada en el agua y en el cielo que me recuerda mucho a una tendencia pictórica conocida como de "los campos de color" en la que los artistas pintan en tonos brillantes cuadros abstractos en los que el sentido le viene dado por el color y sólo por el color, sea a través de los contrastes o simplemente por el juego de sombras.
Esta imagen muestra una sensación de tranquilidad, de quietud pese al viento del suroeste que soplaba en ese momento. Fue un instante que pude captar con mi cámara y que sin cambio alguno pongo en esta entrada.