El agua del mar roza mis pies en
medio de una tarde calurosa sobre la arena.
Las páginas de un libro de
Chesterton van pasando algo lentas bajo la sombrilla azul y rosa en que me
cobijo hoy.
Las olas indolentes se estrellan
en la orilla y se vuelven sin apenas sentirse. La gente charla, toma el sol o
pasea y el verano poco a poco nos va envolviendo en una capa invisible de sal.
conforme avanza el día el sol se
va ocultando asumo que va a ser hora de irse, guardo mi libro, recojo mi sombrilla y meto
una última vez mis pies en el agua para deshacerme de los granos de arena que
se han instalado entre mis dedos.