13 de mayo de 2013

El examen.

Los de al lado han entrado más rápido que de costumbre a su clase y ni han salido al recreo. El profesor llegó hace un rato cargado de folios y solo. No se les oye ni respirar.
¡Seguro que tienen un examen!
 
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Cuánto ruído llega de fuera y eso que las ventanas están cerradas. Hace calor y mis manos sudan al dar la vuelta al papel que el profesor me ha dado. ¿Para qué traera tantos folios? ¡Seguro que es difícil con lo que he estudiado este fin de semana! Me suenan las tripas y no puedo decir nada, solo pensar y escribir, escribir y pensar que los de al lado están en el recreo.


4 comentarios:

J.M. dijo...

¿no es tuyo, verdad?
No lo es, ¿no?

Conrado Castilla dijo...

Bueno, puede ser, pero lo que me interesa es el diez, ¿y a ti?

Manuel Guerrero Cabrera dijo...

Breve, pero cargado de sugerente tensión.

Emilio Calvo de Mora dijo...

Tensión, bien, Manuel. Bien contestado a J.M., Conrado. Para entrar así a los sitios ajenos, mejor no se entra, creo yo. En fin. Microrrelata, que nosotros te leemos.