Poniendo un poco de orden en mis papeles he encontrado un "diploma" que mis antiguos alumnos de 2º Bachillerato de Cabra me hicieron hace unos años y que dice "para el profesor mister quedan 50 minutos para el fin de semana". Al verlo me he acordado que ese curso los viernes a última hora tenía a ese grupo y como solían estar ya un poco cansados y charlaban más de lo habitual, les decia lo de los 5o minutos para así poder comenzar la clase. Y efectivamente, transcurrido ese tiempo, todos salíamos bien contentos del instituto como cualquier viernes.
Ahora que este fin de semana está terminando y mañana será de nuevo lunes, recuerdo que también entonces como ahora, eran días de vagancia, de algo de bricolage, y si el tiempo acompañaba, de paseo por la plaza Nueva y un rato de charla con los amigos mientras tomábamos una cerveza en algún lugar del centro.
A mediados de otoño y con un tiempo que más parece septiembre que noviembre, y con las calles céntricas adornadas con vistas a la navidad, estamos a punto de volver a nuestra rutina cotidiana tras un no menos rutinario fin de semana. Estamos quizá un poco más descansados que mañana a estas horas, pero dispuestos a continuar con nuestras tareas semanales marcadas en la agenda, y así cuando el viernes falten 50 minutos para acabar la última clase recordaremos que por un par de días, como cualquier fin de semana, el maldito timbre del despertador no nos sonará.
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