Ha sonado el móvil hace un rato de forma insistente, pero no he llegado a tiempo de contestar, como no vuelvo a sentirlo pienso que no será nada importante.
Al rato toca el telefonillo de la puerta, pregunto y no contesta nadie, me asomo por el balcón pero la calle está desierta.
De pronto me parece oír un timbre en la lejanía, como si estuviera en la casa de al lado o alguien lo hubiera escondido dentro de un armario; cada vez se oye más alto, pero por más que busco no lo encuentro. Ahora además se oyen unos golpes al tiempo que alguien grita:
- - Levántate y para ya el despertador que hoy es lunes y vas a llegar tarde al trabajo.
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