Este otoño parece más triste de lo habitual, más por miedo a lo que pueda venir que por el presente plagado de medias verdades y quizá futuras mentiras.
La masa silenciosa parece no serlo ya tanto y comienza a surgir un cierto murmullo, como el rugido de una lejana tormenta que responde a este tiempo que pasa a nuestro lado como una leve brisa que casi no sentimos.
Hay palabras que no por mucho repetirlas se cubren de certeza, más bien de incertidumbre y desconfianza cuando con ellas se pretende acallar el malestar que sufrimos.
Y es que hay que oir esas palabras para poder hacerles frente si fuera necesario, pero sobre todo, escuchar el sonido de la calle para fundirnos en el y dejar de ser tan silenciosos como las hojas de los árboles que han comenzado a caerse estos días, mostrándonos quizá el camino a seguir en este otoño tíbio plagado de palabras huecas de aquellos que nos llevan a la desesperanza de un invierno incrédulo.
1 comentario:
Pero ese cierto murmullo es síntoma de cambio que, cuando las cosas van mal, es también de esperanza.
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