28 de abril de 2012

Sobre la intolerancia.

El pasado jueves tuve ocasión de asistir a un nuevo café filosófico organizado por mi compañero y amigo Antonio Sánchez en el que tratamos, tras diversas propuestas, el tema de la intolerancia. Y comenzamos por preguntarnos ¿por qué se produce la intolerancia? Dos fueron las respuestas iniciales: la comodidad y el miedo.

La comodidad viene dada en buena parte por el hecho de pertenecer a un grupo social concreto en el que por prejuicios, por tradiciones religiosas o por una educación determinada hace que muchas veces nos resulte extraño tolerar al diferente, a aquel que pretender mostrar una actitud distinta ante la vida frente a aquellos que les resulta difícil adaptarse a los cambios (para qué vamos a cambiar nada, así están bien las cosas, …), sobre todo si uno es un privilegiado o cree serlo por poseer algo, sea el poder, sea mayor capacidad económica, o simplemente crea tener la razón.

Cuando la intolerancia se muestra por miedo, es quizá más grave, pues se teme a las consecuencias negativas que se puede tener si se intenta mostrar una actitud distinta al grupo.

Ambas causas termina confluyendo pues es precisamente la pertenencia a un grupo social lo que puede llevar a esa intolerancia hacia otros, pues, como he dicho, sea por miedo sea por comodidad, siempre se produce por presión (manifiesta o no) del mismo: el que dirán que tanto se teme muchas veces, el querer mostrar la supuesta valentía, … que al final da lugar a un círculo vicioso del que es muy difícil salir.

Pero ¿se puede salir de ese círculo? ¿Qué camino podemos seguir para conseguirlo? Probablemente para salir de ese círculo de la intolerancia es conveniente partir de lo individual, del yo, a partir de lo cual se muestre a los demás que hay otras opciones, y a partir de ahí ir abriendo una grieta en el muro de la intolerancia que poco a poco nos lleve a una sociedad más abierta. Para ello la formación  intelectual integral y una educación en sentido amplio contribuye sin duda a mantener la esperanza de una vida mejor, ajena a actitudes intolerantes y por tanto a creer en un futuro menos incierto de lo que actualmente se nos presenta.

5 comentarios:

Anónimo dijo...

Veo que no has utilizado( entre los supuestos para la intolerancia ) a las ideologías. Has nombrado a la religión, es cierto, pero te dejas las ideologías. ¿Tienes idea,(perdona que te tutee)cuantas muertes por intolerancia se han producido en el siglo pasado y cuantos sacrificios humanos entre los "no nacidos" llevamos en este siglo, y todo, en nombre de la LIBERTAD? Arriésgate y dame una fecha aproximada, si te atreves.

Conrado Castilla dijo...

Es cierto que la ideología tiene mucho que ver, quizá demasiado en las actitudes de intolerancia, ahora bien, no entiendo lo de que me atreva a dar una fecha ¿para qué? La intolerancia por las distintas causas es algo que nos viene desde que el hombre es hombre. Por lo demás si por lo de no nacidos te refieres al tema del aborto, puedes preguntarle a la iglesia católica o al ministro de justicia que parecen saber mucho sobre el asunto, seguro que más que yo.

Anónimo dijo...

Las ideologías ( entiéndase la derecha y la izquierda ) han escondido sus propias vergüenzas durante el tiempo que les ha sido posible.Hay muchos interrogantes en la historia reciente, que no interesa esclarecer. supongo que para no derrumbar los baluartes morales de los que muchos hacen gala.Escuchando a los políticos, se entiende mejor.Con respecto al aborto, no es la Iglesia la que mejor informada está, sino las clínicas abortivas, que también ocultan sus beneficios y los cuerpecitos que trituran cada día. Pero ante todo y sobre todo Conrado, te quiero dar las gracias por publicar mi primer Anónimo y con ello mi profundo respeto hacia ti. (Si en algo te he ofendido, te pido perdón). Un saludo.

Conrado Castilla dijo...

No todo el mundo tiene que pensar como yo, es bueno la discrepancia siempre desde el respeto ¿no crees?

Anónimo dijo...

Totalmente de acuerdo. ¡ Que prevalezca la verdad ¡ eso nos hará discrepar... pero nos hace más libres y mejores.